Los caballeros de antaño eran sumamente religiosos. Tenían especial cuidado de asistir a los servicios de su religión, especialmente antes de entrar en combate o de hacer frente a una dificultad seria. Consideraban cosa importante estar siempre preparados para la muerte. Además de adorar a Dios en la iglesia, los caballeros le admiraban en sus criaturas, tales como los animales, las plantas y la naturaleza toda.
Lo mismo hacen hoy día pacíficamente los Scouts. A dondequiera que van, aman los bosques, las montañas y las praderas y gustan de observar y saber todo lo que se refiere a los animales que en ellas habitan, así como a las maravillas de las plantas y las flores.
Un hombre no vale nada si no cree en Dios y obedece su Ley. Por tanto, todo Scout debe tener una religión. La religión es una cosa bien sencilla. Primero, amar y servir a Dios. Segundo, amar y servir al prójimo.
Extraído de "Escultismo para Muchachos"
domingo, 12 de abril de 2009
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