Entre los atletas, en particular corredores de fondo y semifondo, se da con frecuencia un fenómeno bien conocido ( y temido) por todos ellos. Recorrida ya cierta distancia, el deportista, en cuestión de pocos metros, rompe el ritmo que llevaba, se "afloja" y empieza visiblemente a perder velocidad. ¿Qué ha pasado? Las agujetas, los calambres o el cansancio le han quitado la voluntad de vencer.
El mismo fenómeno suele producirse en las situaciones que llamamos "de supervivencia"; sólo que aquí está en juego algo mucho más importante que triunfar en una prueba deportiva. Se refieren casos de individuos que, una vez rescatados y tratados de todas sus enfermedades, han muerto en el hospital. Habían perdido las ganas de vivir. La supervivencia es en gran parte una cuestión de actitud psicológica; y sin duda el factor más importante es la voluntad de sobrevivir. Ya se trate de un grupo o de un hombre solo, no pueden evitarse los problemas emocionales que lleva consigo el "shock", el miedo, la desesperación, la soledad, el tedio, etc. A estos factores de índole mental, que menoscaban el deseo de vivir, vienen todavía a añadirse otros como el dolor físico, la fatiga, el hambre o la sed. Si uno no está preparado mentalmente para superar tales obstáculos y enfrentarse con lo peor, sus posibilidades de sobrevivir serán escasas.
Extraido del "Manual de Supervivencia" Edit. Martinez Roca
domingo, 29 de marzo de 2009
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