1. Salir de la zona de peligro
Si estamos en una zona peligrosa, ya sean acantilados, rocas, lechos de ríos que pueden crecer, o simplemente expuestos a los elementos, busquemos un lugar más seguro.
2. Calma, evaluemos la situación
Tomémonos un tiempo para evaluar nuestra situación, nuestros recursos y las amenazas más cercanas, antes de decidir el curso a tomar.
3. Primeros auxilios
Veamos en primer lugar, los apremios médicos personales o de los miembros de nuestro grupo.
4. Hacerse visible
Si esperamos un rescate, en el corto plazo, hagamos señales con el material disponible que faciliten la búsqueda aérea.
5. Agua
La deshidratación es una amenaza que nos persigue en todo momento, aún durante el ejercicio normal. Si bien podemos pasar semanas sin comer, solo sobreviviremos unos días sin agua. Purificar el agua es importante cuando su procedencia es dudosa. Obtener agua por condensación, rocío y evaporación requiere habilidades que debemos aprender previo a necesitarlas.
6. Refugio
Idealmente estamos todos ilesos, la amenaza más apremiante es entonces la exposición a los elementos. El frío combinado con el viento y la ropa mojada, pueden acabar con nosotros en pocas horas. Busquemos un lugar protegido del viento e idealmente construyamos un refugio del viento y la lluvia. Busquemos material seco que nos permita aislarnos del suelo y facilitarnos el descanso.
7. Alimento
En condiciones normales, podemos pasar un par de semanas sin alimento, aunque tiene un efecto psicológico adverso y finalmente debilitante. Si disponemos de al menos un litro de agua por día, y no sabemos cuando seremos rescatados, es mejor buscar alimento. Las reglas son #1: Si no sabes lo que es, no lo comas y #2 Que sea comestible no significa que sepa bien.
8. Fuego
El fuego tiene varios usos: nos da luz y calor, permite esterilizar o destilar el agua, cocer los alimentos, hacer señales...
9. Desplazamiento
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