Cuando cayó la noche del 31 de julio, los muchachos se reunieron alrededor de su primera fogata. B-P fue el jefe fogata del campamento, el director de las canciones, de los cuentos. Relató aventuras de
A la mañana siguiente Baden-Powell organizó a los veintiún muchachos que pondrían a prueba su proyecto. en cuatro Patrullas, una de seis muchachos y las otras tres de cinco; cada Patrulla con el nombre de un animal, los primeros Boy Scouts del mundo, en las primeras Patrullas mundiales de Boy Scouts, en el primer campamento mundial de Boy Scouts: Chorlitos, Toros, Lobos, Cuervos.
A cada muchacho se le dio un nudo de hombro y una larga cinta de color brillante para indicar a que Patrulla pertenecía: amarilla para los Chorlitos, roja para los Cuervos, azul para los Lobos, verde para los Toros. Cada Guía de Patrulla llevaba un bastón corto, con una bandera blanca, con la figura del animal de
Para los muchachos, el campamento de Brownsea era una aventura emocionante. Tenían diversión y estímulo. No se daban cuenta del significado de lo que estaba pasando. que el trabajar y jugar juntos resultaría finalmente en que millones de otros muchachos compartirían el mismo juego. Para ellos todo era nuevo y algo que debía ser atesorado: la experiencia de acampar, las amistades que hacían en sus Patrullas, las habilidades Scouts que estaban aprendiendo, las fogatas, dormir en tiendas de campaña.
La organización que dividía a los muchachos en Patrullas de a cinco, con un muchacho mayor como Guía de Patrulla, era el secreto del éxito, (informó después del campamento). A cada Gula de Patrulla se le dio total responsabilidad por el comportamiento de su Patrulla en todo tiempo, en el campamento y en el campo.
A pesar de las otras emociones en el campamento, las fogatas nocturnas, con Baden-Powell como jefe de fogata, llegaron a ser el evento más importante de esa experiencia.
Las vacilantes llamas iluminaban el círculo de muchachos reunidos a su alrededor y hacían recordar a B-P los fuegos en la sabana abierta, en África. Nunca había contado sus historias a un auditorio que las apreciara más.
Luego venía un rápido cambio de ánimo, de lo serio a lo alegre, con, B-P enseñando a los muchachos el coro de Eengonyama, el canto de la vanguardia de los Zulúes que lo había emocionado casi veinte años antes.
Su clara y resonante voz iniciaba el ¡Eengonyama! y los muchachos se unían en un coro retumbante: ¡Invoobobo! ¡Yaboh! ¡Ya-boh! ¡Invooboo!”.- “ Y entonces estos muchachos ingleses casi sin saber de lo que se trataba, pero atrapados por la emoción de la noche y el fuego, saltaban y bailaban en fila detrás de su famoso jefe, -el hombre-niño- en una danza loca. Hasta que al final, cansados pero alegres, se dejaban caer al suelo para volver a sentarse en un círculo encantado, haciendo preguntas a B-P, oyendo reverente mente su última historia, antes de ser enviados a dormir”
Extraido del libro "Las dos Vidas del Héroe"
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