La Ley de los caballeros era ésta:
Estad siempre listos, con vuestra armadura puesta, excepto durante el descanso por la noche.
En cualquier cosa en que trabajéis, tratad de ganar honor y fama de honestidad.
Defended al pobre y al débil.
No hagáis nada que hiera u ofende a alguien.
Estad preparados para pelear en defensa de vuestra patria.
Jamás faltéis a vuestra palabra.
Defended al honor de vuestra patria con vuestra vida.
Es mejor morir con honor, que vivir con vergüenza.
Éstas eran las reglas principales de los antiguos caballeros y de las cuales se deriva actualmente la Ley Scout.
El séquito de los caballeros profesaba este código contra viento y marea, y todos tenían el mismo pensamiento que su jefe, a saber: Su honor les era sagrado. Eran leales para con Dios, su Rey, su Patria. Eran particularmente corteses y finos con las mujeres y los niños y ahorraban su dinero. Se adiestraban en el uso de las armas para poder proteger su religión y su patria en contra de sus enemigos. Se conservaban fuertes, sanos y activos para poder llevar a cabo y bien todo esto.
Extraído de "Escultismo para Muchachos"
domingo, 19 de abril de 2009
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